Time of Gods

“Time of the Gods” is the undertaking of the great feat of defining myself, of taking ownership of what hurts, empowers and inspires me within this crossword-puzzle of discovering my Mexican identity. I borrow from the ancient people of these lands, and I bond it with contemporary codes. I pick up graphic signals to create something fresh – a new Mexican collective identity.

In my visceral process, I synthesize and encapsulate the shame, courage and other emotions into the resin. I translate our miscegenation – the internal, every day battle between the dominants and the dominated – and I observe with new eyes the battle that still defines us.

My colors are howling to celebrate what I discover: the head of Huitzilopochtli; the patron of victories and defeats; the wings of the god of time, Xiuhtecuhtli, interrelated with bar codes taken from my phone; the colorful combinations of soccer teams and the venetian tiles from my grandmother´s bathroom. My guide in this process is a kind of joy, a continuum of illusion and delusion that gives me access into the perception of the sublime.

The drains of oil paint and resin represent the blood and the nectar appearing at the same time. The shearing off the rotten secretions of our country, our corruption – the race and class oppression that interacts with the beauty of our human bonds, with the honey that also overflows when there is empathy and success. The actors in my paintings emerge from the substrate as luminous, transparent beings. I assume that Mexicans are receptive and permeable to the new, to what we want to create of ourselves. We are not made everyday of the same stone. We are penetrated by light, we are constantly transforming.

My search is possibly idealistic, where recognizing myself as Mexican is a marvelous thing, a human privilege. It’s the richness that appears after the battle; the sigh of arriving home; the cultural perception that allows to see the resistance and the adaptation living at once, forging the miracle of this identity that we continue to discover.

Tiempo de Dioses es asumir la hazaña de descifrarme, de tomar posesión de lo que me lastima, de lo que me empodera y de lo que me inspira en este crucigrama de descubrirme mexicano. Tomo prestado de los códices antiguos y lo adhiero a códigos contemporáneos. Recojo señas gráficas para crear algo fresco – una mexicanidad nueva. En mis procesos viscerales, sintetizo la vergüenza, el coraje, y encapsulo estas y otras emociones en la resina. Traduzco el mestizaje internalizado, la lucha interna de todos los días entre mis dominantes y mis dominados para ver, con ojos nuevos, la batalla que todavía define.Mis colores son chillantes para celebrar lo que voy encontrando. La cabeza de Huitzilopochtli, el patrón de las victorias y las derrotas, las alas del dios del tiempo, Xiuhtecuhtli, integrados con códigos de barras que encuentro en mi teléfono, con combinaciones coloridas de los equipos de futbol, con los azulejos venecianos del baño de mi abuela. Mi guía en este proceso es un tipo de júbilo, una curva continua de ilusión/desilusión, que me da entrada a la percepción de lo sublime.

Los escurrimientos en las piezas representan la sangre y el néctar brotando al mismo tiempo. Es el desprendimiento de las secreciones podridas de nuestro país, la corrupción, la opresión de raza y de clases que conviven con la belleza de sentir nuestros lazos, con la miel que también se desborda cuando hay empatía y hay éxito. Los actores de mis cuadros brotan, se despegan del substrato como seres luminosos, transparentes. Asumo que los mexicanos somos receptivos y permeables a lo nuevo, a lo que queremos crear de nosotros mismos. No estamos hechos todos los días de la misma piedra. Nos penetra la luz, somos cambiantes.

Mi búsqueda es quizás idealista, donde reconocerme mexicano es una maravilla, un privilegio humano. La riqueza que brota después de la batalla, el suspiro de haber llegado a casa. La percepción cultural que permita ver la resistencia y la adaptación conviviendo en el mismo escenario, forjándose el milagro de esta identidad que continuo descubriendo y que comparto con muchos de ustedes.